Como Iglesia de Toda las Personas, en el 2017 declaramos que somos una iglesia santuario y en el 2018 le dimos continuidad a este ministerio. Una iglesia santuario es un apoyo moral, espiritual, psicológico, financiero y legal para las personas inmigrantes en peligro de arresto o deportación. El “santuario físico” es la última alternativa para una familia vulnerable. Las iglesias del santuario son un proyecto de desobediencia civil para denunciar las leyes de inmigración injustas e inmorales. En el contexto de opresión y marginación esta desobediencia civil es un mandato divino. Nuestro Ministerio Santuario le dio, en el contexto de desobedecer leyes injustas, le dio albergue a una familia de Guatemala, Amanda y sus tres hij@s (Dulce, Daniela y David) en el 2017, quienes estuvieron en nuestra iglesia por un año. Aunque fueron relocalizad@s en Long Island todavía siguen siendo parte de nuestro Ministerio Santuario.
En la actualidad hemos incluido a este ministerio la reunificación familiar, lo cual es una razón reconocida para la inmigración en muchos países debido a la presencia de uno o más miembros de la familia en un determinado país, por lo tanto, permite que el resto de la familia dividida o solo l@s miembros específicos de la familia también puedan emigrar a ese país.
Las leyes de reunificación familiar tratan de equilibrar el derecho de una familia a vivir junto con el derecho del país a controlar la inmigración. Sin embargo, cómo se ve este equilibrio, por ej. Los miembros de la familia que pueden reunirse difieren en gran medida entre los países. Es aquí donde entonces le dimos albergue este año 2018 a otra familia, en esta ocasión de Honduras: Edin, Isa, Dayani y Víctor. Durante el mes de diciembre se sumó el hermano menor de Edin, Italo, quien solo tiene 15 años y estaba en una cárcel de inmigración por 9 meses. Por fin logramos la reunificación de la familia, ahora confiamos poder retenerles bajo asilo político en Estados Unidos.
Luego optamos por redefinir santuario para incluir toda persona excluida y oprimida por nuestro sistema sociopolítico y teológico. De aquí el que de una experimental nos comprometido a abrir nuestras puertas a las hermanas y hermanos de todas las orientaciones sexuales e identidades de género, personas sordas, personas sin un hogar, y otras personas oprimidas y marginadas. De aquí el que en el invierno del 2017 convertimos una parte de nuestro edificio en un santuario para que pudiesen dormir hermanas y hermanos del Camino, es@s personas que viven en la calle porque nuestra democracia les falló. Y asimismo convertimos otra parte del edificio en un lugar en donde durante el día personas de la comunidad podían pasar, dialogar, descansar y a la misma vez tomar café o té y comer algo. Seguimos el mandato bíblico: Quien oprime a la persona pobre afrenta a su Hacedor, pero quien se apiada de la persona necesitada le honra. (Proverbios 14:31).
En la actualidad hemos incluido a este ministerio la reunificación familiar, lo cual es una razón reconocida para la inmigración en muchos países debido a la presencia de uno o más miembros de la familia en un determinado país, por lo tanto, permite que el resto de la familia dividida o solo l@s miembros específicos de la familia también puedan emigrar a ese país.
Las leyes de reunificación familiar tratan de equilibrar el derecho de una familia a vivir junto con el derecho del país a controlar la inmigración. Sin embargo, cómo se ve este equilibrio, por ej. Los miembros de la familia que pueden reunirse difieren en gran medida entre los países. Es aquí donde entonces le dimos albergue este año 2018 a otra familia, en esta ocasión de Honduras: Edin, Isa, Dayani y Víctor. Durante el mes de diciembre se sumó el hermano menor de Edin, Italo, quien solo tiene 15 años y estaba en una cárcel de inmigración por 9 meses. Por fin logramos la reunificación de la familia, ahora confiamos poder retenerles bajo asilo político en Estados Unidos.
Luego optamos por redefinir santuario para incluir toda persona excluida y oprimida por nuestro sistema sociopolítico y teológico. De aquí el que de una experimental nos comprometido a abrir nuestras puertas a las hermanas y hermanos de todas las orientaciones sexuales e identidades de género, personas sordas, personas sin un hogar, y otras personas oprimidas y marginadas. De aquí el que en el invierno del 2017 convertimos una parte de nuestro edificio en un santuario para que pudiesen dormir hermanas y hermanos del Camino, es@s personas que viven en la calle porque nuestra democracia les falló. Y asimismo convertimos otra parte del edificio en un lugar en donde durante el día personas de la comunidad podían pasar, dialogar, descansar y a la misma vez tomar café o té y comer algo. Seguimos el mandato bíblico: Quien oprime a la persona pobre afrenta a su Hacedor, pero quien se apiada de la persona necesitada le honra. (Proverbios 14:31).